Ataduras
- LaNinfaDelAgua

- 23 sept 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 14 abr
"Ella, con los ojos en blanco y la mente llena de poesía, se acariciaba frente a él. Mientras el escritorio se oscurecía al mojarse, respiró profundo y se dejó ir.
Él, sentado frente a ella en su silla de trabajo, tragaba saliva, sintiendo su corazón latir en la boca. Podía percibir el olor a madera húmeda y el calor del deseo inundando su rostro.
Ella se bajó de la mesa, le miró a los ojos, y sin decir una palabra, pasó las uñas por su clavícula desnuda, dejando pequeños surcos en su piel. Luego, salió, dejándolo jadeando, atado de pies y manos.
Él, aún sin saber cómo liberarse de esos nudos ni cómo sanar las cicatrices, deseó quedarse a vivir en esa sensación. Nunca antes se había sentido tan libre."



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